La nueva normalidad y el Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO) nos abren una puerta hacia la paulatina recuperación del mayor grado de normalidad que podemos tener frente a la situación epidemiológica que nos impactó de lleno en Marzo del 2020. Finalizada la etapa de aislamiento, vamos retomando nuestra cotidianeidad. El cuidado de nuestra salud oral ha quedado pospuesto durante un periodo prolongado.Es momento de recuperar el tiempo perdido. Acá te dejamos algunas recomendaciones para asistir a tu consulta odontológica en un marco de responsabilidad y respeto para la prevención del CoVID-19. Seguir leyendo….

La pandemia COVID-19 ha tenido y está teniendo un fuerte impacto en las prácticas odontológicas en todo el mundo. Los profesionales de la salud bucal, la odontología, las asociaciones y los organismos reguladores se enfrentan a varios desafíos para continuar brindando la atención dental y promoviendo la salud oral de la población, al mismo tiempo que protege a los pacientes y profesionales de la amenaza a la salud planteada por el SARS-CoV-2.
La infección por Coronavirus ha sido considerada por la OMS como una pandemia global. Desde su origen ha supuesto una amenaza para la salud mundial, no tanto por su sintomatología sino por su rápida propagación y contagio y las complicaciones respiratorias que producen en pacientes con otras afecciones crónicas de base.
El virus CoVID-19, comúnmente conocido como coronavirus se ha extendido rápidamente desde Wuhan a la mayoría de los países del globo terráqueo aumentando exponencialmente cada día la cantidad de contagios y muertes.
Los principales mecanismos de transmisión son las gotas de Pflügge, aerosoles y el contacto directo con superficies contaminadas. El periodo de incubación está estimado en una media de 5-6 días, aunque existe evidencia de periodos cercanos a los 14 días.
Los estudios epidemiológicos demuestran que la población de mayor riesgo que presenta síntomas y complicaciones es la que se encuentra en el rango comprendido entre los 65-80 años, aunque la población que hace de vector de la infección en mayor medida es la que está entre 25-30 años.
Diferentes estudios evidencian que los virus respiratorios pueden ser transmitidos de persona a persona a través de contacto directo (tos, estornudos e inhalación de gotas) o indirecto o de contacto (contacto con oral, nasal, y mucosas oculares), mediante gotas gruesas o pequeñas, y el COVID-19 puede también transmitirse directa o indirectamente a través de la saliva.
Si bien los profesionales de la odontología e higienistas dentales son considerados como personal de riego han sido capacitados en los mecanismos de prevención del contagio directo, así como de las posibles infecciones cruzadas o del papel como vector importante en las vías de transmisión del virus, igual que con otro tipo de infecciones. El uso protección personal específica: equipo (PPE) como máscaras, guantes, gafas y batas para protegerse ellos mismos de la exposición a los aerosoles infecciosos y las salpicaduras que contienen saliva y sangre del paciente minimizando el riesgo de contagio.
Con el propósito de fomentar la prevención de la enfermedad, antes de asistir a una consulta odontología se recomienda realizar una serie de preguntas con el fin de detectar casos sospechosos de contagio por COVID19. Los pacientes que, en ese momento, cursen fiebre no deben acudir a la consulta. Diversos organismos como la Comisión Nacional de Salud del Gobierno chino y la experiencia del Hospital Odontológico del Este de China recomiendan posponer cualquier tratamiento que no represente una urgencia respetando el tiempo estipulado como cuarentena donde la enfermedad se manifestará o no o se realizará el hisopado pertinente.
Es fundamental someterse a estas consultas y brindar información fehaciente para que el profesional pueda adherirse al protocolo de actuación correspondiente.
Acá, una serie de posibles preguntas:
– ¿Tienes o has tenido fiebre en los últimos 14 días?
– ¿Has tenido problemas respiratorios (incluida tos) durante los últimos 14 días?
– ¿Has viajado a países de riesgo los últimos 14 días? (aunque en este punto debemos tener en cuenta el momento de la pandemia que se esté viviendo cuando realizamos la consulta, entiéndase que hoy en día Argentina establece protocolos estrictos en estos casos)
– ¿Has tenido que realizarte un hisopado COVID (por PCR, y/o antígeno y/o
anticuerpos)?
– ¿Has sido contacto estrecho de un paciente positivo en los últimos 14 días?
– ¿Has estado en contacto con personas que hayan tenido cuadros de fiebre, tos, y/o dificultad respiratoria los últimos 14 días?

Debes saber que:
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es SI y la temperatura corporal está por debajo de 37,3º, posiblemente tu odontólogo reprograme el turno que tenían pactado. Lo mismo sucederá si la respuesta a las preguntas es NO pero presentas fiebre salvo en caso de urgencia.
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es SI y la temperatura corporal está por encima de 37,3º te avisará que tienes riesgos de un posible contagio.
Y si la respuesta es NO y no presentas fiebre, actualmente podrás asistir a tu consulta respetando todas todos los protocolos vigentes.
Recomendaciones que deberás tener en cuenta antes de asistir a tu consulta odontológica
– Se puntual: el profesional debe realizar un procedimiento de descontaminación y ventilación de todos los ambientes antes de la realización de una nueva práctica.
– Si eres un paciente de riesgo: (por patologías preexistentes o mayor a 60 años) pide el primer turno.
– Guía de preguntas: como ya lo mencionamos, sométete a este batería que se realizará de forma telefónica uno o dos días antes de la consulta.
– Preséntate solo: Podrás estar acompañado en caso de ser menor de edad o requerir cuidados de un tercero por tu grado de dependencia.
– Sala de espera: si por alguna razón debes compartir la sala de espera hazlo permaneciendo a dos metros de distancia de la otra persona.
– Tapabocas: si bien es obligatorio en todo el País, no está de más recordarte que debes tenerlo colocado como corresponde.
– Desinfecta tus manos: colócate alcohol en gel al llegar.

Sin duda, la mayoría de estas recomendaciones hoy son prácticas habituales que llevamos a cabo cuando asistimos a lugares cerrados pero debemos actuar con responsabilidad para garantizar nuestra salud y la del profesional que nos cuida.