Existen muchas versiones, cuentos de abuelas, remedios caseros y creencias populares relacionadas con el cuidado de los dientes de leche. Desde el embarazo y ya transitando los primeros años de vida de los niños, los padres nos hacemos cientos de preguntas y buscamos información en la “sabiduría popular”. En este artículo te dejamos algunas recomendaciones de los profesionales de lo que hay que conocer sobre la aparición y el cuidado de los dientes en los bebés y los niños.
¿Cuándo “nacen” los dientes de leche?
La aparición de los dientes de leche comienza entre los 6 y 8 meses de vida del bebé, pero su formación se inicia en la sexta semana del embarazo. Por esto, además de por tantos otros motivos, es fundamental la alimentación de la madre durante la gestación. Incluso los dientes permanentes comienzan su constitución antes del parto.
Uno de los mitos populares dice que el embarazo reduce el calcio de los dientes de la madre y los deja más frágiles. Suele decirse que el bebé “saca” de allí ese nutriente para la formación de sus propios dientes. No es así: todo el calcio que él necesita lo obtiene de la alimentación de la madre.
¿Cuáles son las consecuencias de la dentición?
El proceso de la dentición suele extenderse hasta los 20 o incluso 30 meses de vida; es decir, puede durar dos años o más. Pero esto es muy variable y hay excepciones. No es cierto que los niños a los que los dientes les tardan un poco más en salir sufran una carencia de calcio, aunque si la demora se hace excesiva, si el niño se aproxima al año de vida y los dientes no aparecen, hay que consultar con el médico, ya que puede deberse a causas como raquitismo o alteraciones nutricionales. En cambio, es cierto que hay bebés que en el primer mes de vida o incluso al nacer ya tienen un dientecito asomando en sus encías.
¿Cuáles son los signos que evidencian el comienzo del proceso de dentición?
Cuando suponemos que el proceso de dentición ha comenzado debemos poner atención sobre todo en las encías. Estas se le inflaman y se ponen más sensibles e irritables, e incluso pueden aparecer algunos pequeños hematomas. El niño también babea mucho más, lo cual puede ocasionarle irritaciones en la barbilla, y empieza a rechazar el alimento.
¿Qué molestias puede ocasionar al bebé?
Como cada pieza presiona desde dentro y atraviesa el tejido que está en las encías, tejido llamado membrana periodontal, genera malestar y dolor.
El sueño del bebé puede verse alterado por esta causa. Para aliviarlo, el pequeño tiende a llevarse cualquier objeto o sus dedos a la boca; lo ideal es darle algún elemento frío y duro que pueda morder, como unos “mordedores refrigerantes” que se venden en tiendas de artículos para bebés y son especiales para este momento. También se le pueden dar suaves masajes en las encías. Si el malestar es muy intenso, es posible que el odontopediatra recete algún analgésico adecuado a su edad.
Esto es lo que origina que a veces los niños rechacen el alimento: no es que no tengan hambre, sino que el malestar que siente, o el dolor que le generan la succión o el roce de la cuchara, le hacen comer un poco peor.
¿Es recomendable utilizar algún tipo de fármacos?
No aconsejamos el uso de medicación para aliviar la sensación de sufrir dolor en los pequeños, porque solamente conseguiremos adormecer unas horas las encías. En cambio, podemos optar por mordedores fríos como remedios naturales y evitar los fármacos.
¿Puede generar fiebre?
La mayoría de los especialistas coincide en que la dentición no ocasiona fiebre. Si el niño tiene temperatura alta se debe a cualquier otro problema en su organismo. Lo debemos hacer, entonces, es llevarlo al pediatra para que este dé con la causa y pueda tratarla.
Durante este proceso, el niño se lleva a la boca todo lo que encuentra en busca de aliviar sus molestias, razón por la que más gérmenes llegan a su sistema digestivo.
¿Es necesario lavar los dientes de leche?
Alguno de los mitos populares, y de peores consecuencias, se relacionan con la higiene dental: que los dientes de leche no pueden tener caries y que si tienen caries no importa porque se caerán y después vendrán los definitivos.
La caries puede llegar incluso con el primer diente. Y cuidar la salud es fundamental por varios motivos: esta erosión bacteriana puede producir mucho dolor y afectar la masticación (y, por ende, la alimentación), el sueño, la manera de hablar y jugar del niño, su autoestima y cómo llegue preparado a la escuela; además, si se produce una infección, se puede transmitir a los dientes definitivos que están debajo.
¿Qué podemos hacer los papás?
Es necesario limpiar los dientes del bebe desde que comienzan a salir. Se debe hacer al menos dos veces al día, sobre todo después de darle de comer, con un paño o gasa suave humedecida o con un cepillo dental para bebés. A partir de los 2 años ya se recomienda el uso del dentífrico, pero la limpieza debe hacerla un adulto hasta que el pequeño tenga entre 4 y 5 años.
Evitar los azucares: no darle gaseosas ni jugos que no sean naturales. Jamás poner miel u otro liquido dulce en el chupete o mamadera
Llevar a los niños a dentista. Los especialistas recomiendan que la primera visita sea antes del año y que luego se haga con la misma frecuencia que debe hacerlo un adulto: cada seis meses.
El gran dilema: Usar chupete ¿sí o no?
A veces, los padres nos encontramos con la duda de si debemos o no dar el chupete a nuestros bebés. En muchas ocasiones, el problema es que este chupete se convierta en imprescindible para el niño y que no se encuentre el momento de quitarlo.
Aunque se sabe desde hace tiempo, recientes investigaciones siguen no recomendando el chupete porque:
- En casos de lactancia materna, dificulta la instauración de esta lactancia, y puede favorecer el destete precoz.
- Puede producir la aparición de malformaciones bucodentales, tanto en la forma y posición de los maxilares, como en la posición de los dientes, especialmente durante los primeros 6 meses de vida del niño y, si persiste este hábito, más allá de los 2-3 años.
- Puede favorecer a la aparición de otitis media.
- Si persiste la succión en la infancia, puede iniciar el tabaquismo en la adolescencia y edad adulta.
- Disminuye la producción de sonidos en el habla. Sólo se recomienda el uso del chupete para calmar al bebé en situaciones estresantes y dolorosas, y en los casos en que haga falta estimular el reflejo de succión nutritiva.
Entendemos que es difícil controlar el tiempo de uso de los chupetes y su “adicción”, así como decidir cuál es el momento adecuado para retirarlo. Pero nos parecía importante compartir estas reflexiones, para que tengas criterios que te ayuden a decidir.
Como papás, tenemos el deber de velar por la salud bucal de nuestros niños. Comencemos tempranamente esta tarea visitando a nuestro especialista de confianza para obtener resultados exitosos en el desarrollo de la dentadura de nuestros pequeños.